lunes, 21 de mayo de 2012

La herida del ave


Año: 1995

La herida del ave

Por alguna razón las aves se parecen en algunas circunstancias mucho a los hombres. Aquí está una de esas razones:

Estaba esperando su nacimiento
para brindarle todo su amor y dulzura.
Luego de esperar ansiosamente
su llegada, cobijándolo con sus plumas,
ha nacido pero no es muy lindo:
el pico lo tiene medio doblado,
parece haberse chocado contra un árbol
y la cabeza cuadrada como si se hubiese puesto
en un molde de plástico.
Su madre lo mira como diciéndole:
“no eres mi hijo y por lo tanto,
no eres parecido a mi”.
El neonato llora pero su madre
no lo consuela y casi ni lo mira.
Al segundo día de haber nacido,
el ave decide abandonarlo,
entonces lo toma y comienza a volar
hasta que se cansa y lo deja en un árbol,
el neonato comienza a llorar
pero el ave se retira abandonándolo
como había decidido.
Pasan tres días…
El ave se lamenta y arrepiente
de haber abandonado a su propio hijo,
entonces comienza su búsqueda
pero ya se ha olvidado en que árbol lo dejó
pero lo             que sí sabe es que es muy lejos.
Vuela con toda prisa y por fin,
luego de varias horas buscando lo encuentra
MUERTO, congelado,
en ese momento al ave se le rompe el corazón,
siendo consciente de su culpa,
hasta la cara misma le cambia.
Llorando frente al cadáver de su hijo,
que ella no quiso reconocer,
le pasan las horas, los días y hasta los meses.
Esto ocurrido fue como una grandísima herida para el ave como la peor herida
que le puede dejar una bala de cazador.
El cielo parece venirle en contra,
su bandada se aleja
y queda sola, muy sola,
como quedó su hijo
en esos tres días…
sin la ayuda de su madre.
El ave ya no come,
está débil y el tiempo pasa…
pasa… y pasa…
Jungla Slam

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